El mejor sentimiento que podemos desarrollar en estos momentos es: la compasión y la auto-compasión. Es reconocernos con errores, aceptarlos e inclusive abrazarlos porque de ahí nacen nuestras experiencias más valiosas y transformadoras. Es darnos el derecho a caer y levantarnos. Es aceptar nuestras emociones aún aquellas que no nos gustan tanto o nada en absoluto. Es ser amables con nosotros mismos renunciando a ser jueces y verdugos por nuestros miedos y equivocaciones. Es hermanarnos con los demás porque todo esto es inherente al ser humano. Es acompañarnos como seres dolientes. La compasión se puede entrenar y enseñar a los que amamos.

Piensa en una situación en tu vida que sea difícil, que te esté causando estrés. Recuerda la situación y date cuenta si puedes sentir el estrés y la incomodidad emocional en tu cuerpo.

Ahora, háblate a ti mismo/a:

“Este es un momento de sufrimiento”
“Esto duele.”
“Esto es estrés.”
“El dolor es parte de la vida.”
“Esto lo vive la humanidad.”
“Otras personas se sienten así también
“No estoy solo/a.”
“Todos luchamos en nuestras vidas.”
Ahora, pon tus manos sobre tu corazón, sienta el calor de tus manos y el suave toque de tus manos en tu pecho. O adopte un toque calmante que descubrió que te hace sentir bien.
Dite a ti mismo/:

“Puedo ser amable conmigo”
También puedes preguntarte:
"¿Qué necesito escuchar en este momento para expresarme amabilidad a mí mismo/a?"
¿Hay algunas frases que te puedas decir en tu situación particular?, como:

“Puedo darme la compasión que necesito”
“Puedo aprender a aceptarme tal como soy”
“Me perdono”
“Puedo ser fuerte”
“Puedo ser paciente”

Dr. Juan Gómez Alfaro
Nota: Esta práctica se puede usar a cualquier hora del día o de la noche, cuando lo necesites.